Marginalia. Novela desconocida - Contracultura - Literatura Marginal

EL LIBRO DEL SOÑAR
Y
EL ENSAYO DE LA MUERTE

 
Gianella Galo

 

I

¡Mas nárralo como un cuento!

 * 

Primera Etapa  Primer Ritmo

Que la pal-abra, el entendimiento y otorgue luz al conocimiento.  

 * 

 
Siempre he buscado en las definiciones de las palabras, en su filología, el sentido profundo de las mismas.

Para que la intuición que surgía de esa búsqueda fuera como rayo que iluminaba los senderos por los cuales me atrevería. Y esta no fue la excepción, así que los participo de esa búsqueda para que también saquen sus propias conclusiones. 

 

Según el diccionario: Soñar es ver una serie de imágenes mientras se duerme
(del latín, somniare, soñar, de somniun, un sueño)

Veamos entonces que:

la primera peculiaridad que la definición hace evidente es la capacidad de ver, la cual implica una acción propia de la vigilia y el uso de uno de los sentidos, que es la vista.

¿Qué cosas se ven? Pues, imágenes, y la definición de imagen proviene del latín.
Imago, representación de alguna cosa en: pintura, dibujo, escultura, fotografía,
o también representación del aspecto de alguien o de algo; retrato, efigie, visión, idea, pensamiento.

De la misma familia: imaginar, imitar, remedar, remedo.

Mientras se desarrolla otra acción, el dormir.

A medida que buscamos y buceamos en las distintas definiciones, empezamos a notar la complejidad del soñar. Hay actividad donde en apariencia no la hay, y no hay descanso, donde en realidad hay reposo.

Sigamos con nuestra búsqueda.

Sueño: acto de dormir, estado natural de descanso. Del indoeuropeo, swepno de swep, dormir. De la misma familia ensueño, hipnotismo, hipnotizar, insomnio, sonámbulo, soñar, sopor, sueño. También serie de imágenes que cree ver quien duerme; fantasía ilusión. Del latín dormire del indoeuropeo drm-yo, de drm, de drem, dormir.

Pertenece a la misma familia: adormecer, dormitorio, durmiente.

Dormir: descansar con el sueño, estar en reposo, descanso natural e inconsciente.

Sigamos observando:

   En estas definiciones se ve el proceso natural de descanso o reposo al que induce el cansancio.
Entonces uno duerme y en ese dormir existen los sueños, los sentidos se aquietan,
mas no la imaginación que se mantiene activa.

   Presupone que lo que se ve es producto de una fantasía, de una ilusión.
¿Será acaso la Maya de la cual hablan los hindúes?
Ilusión: percepción errónea de la realidad; creencia errónea; esperanza sin fundamento, del latín illusio, de illusus, acción de burlarse o engañar participio pasivo de illudere, burlarse, mofarse de, engañar, de il-, contra y ludere, jugar, véase aludir.

 

  Aún más interesante resulta la definición de la palabra fantasía, ya que aporta más luz sobre el soñar.
Fantasía: imaginación, ilusión, imagen mental: del latín tardío phantasia, imagen mental, del griego phantasia, imagen, aparición, imaginación, de phantázein, volver visible, de phaínein, mostrar (véase epifanía, banda).

   Hay apariciones, imaginaciones, hay sin duda un volver visible lo que no lo es.

   Es interesante ver que a medida que afinamos los conceptos estos nos transportan al lado contrario de la apariencia.Luego si uno observa atentamente el mundo del soñar, ve que todas estas definiciones tienen cabida, ya que hay engaños, ilusiones, juegos de apariencias, burlas, imágenes, apariciones, fantasmas, fantasías, engaños, mofa.

Otra de las forma de nombrar al sueño es con el apelativo onírico.

Onírico: relativo a los sueños, del griego oneiros, sueño.

Oniromancia: Explicación o adivinación por los sueños. Era una de las ciencias antiguas.

En cuanto a la antigua ciencia de los sueños poco sabemos de ella quedando solo algunos vestigios, hilachas en decadencia de ese antiguo conocimiento.

En La Biblia aparece una clara advertencia al cuidado que hay que tener con esta ciencia porque son los remedos de un antiguo saber.

*

Eclesiástico, capítulo 34, versículo 1

Las esperanzas vanas y engañosas son propias del necio,
los sueños dan alas a los insensatos.

Atrapar sombras y perseguir viento es fiarse de los sueños.

Espejo y sueño son cosas semejantes,
frente a un rostro, la imagen de un rostro.

De lo impuro, ¿puede salir algo puro?

De la mentira, ¿puede salir algo verdadero?

Adivinaciones, augurios y sueños son vanas ilusiones,
como fantasía de una mujer en parto.

A menos que vengan del Altísimo,
no abras tu corazón a estas cosas.

Porque muchos se extraviaron por los sueños,
y fracasaron por fiarse de ellos.

Prestando atención a dicha advertencia,
por lo tanto vigilando mi interior para no extraviar el buen camino,
continúo la senda,
habiendo aprehendido:

que el sueño se asemeja al espejo1,
como espejo, espeja, o sea muestra lo que hay.

Así que debo purificar mis sentidos y estar alerta
para saber qué es lo que muestra el sueño…

 

Nota: La sombra, como realidad vital. En el espejo se marca una imagen que en realidad es sombra para el cuerpo visible y ella participa de la sustancia sutil del viento.

*

Ahora bien, para que la tarea sea liviana y esa ligereza transporte nuestra intuición, salgamos de aquí y dejemos que nos ilustre otro cuento.
 

El Contrato Soñado

Eran las nueve de la mañana y Nasruddin
seguía completamente dormido. El sol
estaba en todo lo alto, los pájaros
gorjeaban en las ramas y el desayuno
de Nasruddin se estaba enfriando,
de manera que su mujer lo despertó.

Nasruddin se espabiló furiosísimo:
“¿Por qué me despiertas precisamente ahora?”, gritó.
“¿No podrías haber aguardado un poco más?”.
“El sol está en todo lo alto”, replicó
su mujer, los pájaros gorjean en las
ramas y tu desayuno se está enfriando”.
¡Qué mujer más estúpida”, dijo Nasruddin.
¡El desayuno es una bagatela, comparado con
el contrato por valor de cien mil piezas
de oro que estaba a punto de firmar!”.
De modo que se dio la vuelta y se arrebujó
entre las sábanas durante un largo rato,
intentando recobrar el sueño y el contrato
que su mujer había hecho añicos.

Por otra parte, sigamos buceando en otras definiciones:
veamos dónde coloca el Diccionario de Símbolos la definición de sueño.

Y dice que: “Los sueños son una de las fuentes principales del material simbólico.
Desde la antigüedad se les prestó gran atención, distinguiéndose entre sueños ordinarios y extraordinarios (por la persona soñante, el valor de las imágenes oníricas y por las circunstancias del sueño).

Se creyó en la existencia de sueños premonitorios, en una verdadera adivinación por medio del sueño, sea de hechos generales y lejanos, o de hechos concretos e inmediatos.

Los mejores ejemplos están en La Biblia: son los sueños de José.

El interés por los sueños ha llevado a codificar repertorios de significados, en diccionarios de los sueños, de escaso o nulo valor místico y científico, aunque pueden contener datos verdaderos por tradición o información.

Desde Freud, la interpretación simbólica de los sueños ha constituido una de las vías mayores del psicoanálisis (de series de sueños mejor que de sueños aislados aún importantes)”.2

Mi interés no es aburrirlos con definiciones sino poder armar este rompecabezas que ha sido y (seguramente no se agoten aquí en esta reflexión todas sus posibilidades) será la tarea de comprender un tercio de nuestra vida, ya que dormimos un promedio de seis a ocho horas diarias.

Podemos también pensar si es natural este período de reposo posterior a la vigilia. La experiencia nos dice que es necesario, es como un alimento del cual casi no podemos prescindir. Los complementarios u opuestos se alternan para mantener un equilibrio o armonía en este mundo dual.


*

Vigilia - sueño
Sueño - v
igilia

Aquí nuevamente los textos antiguos nos dan pistas.
En La Odisea por labios de Penélope escuchamos:

RXIX_588… “no caería ciertamente el sueño en mis ojos; mas no es posible que los hombres estén sin dormir, porque los inmortales han ordenado que los mortales de la fértil tierra empleen una parte del tiempo en cada cosa”.

Y agrega Sócrates:

“–¡Y qué!
repuso
Sócrates– ¿La vida no tiene también su contraria, como la vigilia tiene el sueño?
No es difícil de comprender lo que digo. Si no hubiera más que el sueño, y no tuviese lugar el acto de despertar producido por él, ya ves que entonces todas las cosas nos representarían verdaderamente la fábula de Endimión,3 y no se diferenciarían en ningún punto, porque les sucedería como a Endimión; estarían sumidas en el sueño”.

O sea que no puede revestir nula importancia este hacer de la vida,
este tercio de nuestro existir.

En este preciso punto me pliego al razonamiento que Robert Graves vierte en su libro El Sentido de los Sueños diciendo “…que la vida onírica tiene efectivamente un valor por sí misma, diferente al de la vida despierta, pero no en términos comparativos de mejor y peor”.

Entonces, me pregunto:

si tiene un valor en sí mismo, ¿cuál será?,

¿tendrá un lenguaje propio?, ¿identidad propia?,

¿quién vivirá nuestro sueño?, ¿o quien vive en nuestro sueño?,

¿tendrá un tiempo y espacio propios?,

¿y cómo encontraremos la clave o llave para entrar en ese mundo?

Muchísimas interrogantes para una extensa parte del vivir.

Pero antes de concluir esta etapa y como pie a la siguiente me gustaría narrarles otra historia.

*

Párabola 32 del Evangelio de Rama Khrisna

Cuatro ciegos (pueden representar los elementos), palparon (uso de los sentidos) el cuerpo de un elefante.

Uno le tocó la pierna y exclamó: “el elefante es como un pilar”.
El segundo tocó su trompa y dijo: “el elefante es como una serpiente”.
El tercero palpó la barriga del paquidermo: “el elefante es lo mismo que un tonel” dijo.
Y el cuarto tocó las orejas y aseguró: el elefante es como un aventador”.
Comenzaron a disputar los cuatro entre ellos sobre la figura del animal, sobre su aspecto. Y casi llegan a las manos.
Un transeúnte (caminante, peregrino, buscador) viéndoles reñir, les preguntó qué ocurría, y ellos refirieron lo que defendían y le pidieron que fallara en su disputa.
¡El transeúnte pensó un instante!
“Ninguno de vosotros ha visto un elefante.
El elefante no es como un pilar : sus piernas son como pilares. Ni es como un tonel: su barriga es como un tonel.
No es tampoco un aventador : son sus orejas las que parecen aventadores y tampoco es como una serpiente, porque únicamente su trompa tiene semejanza con una serpiente.
El elefante es como una combinación de todo eso, pero es también mucho más que eso”.

*

Ur, fuego y ciudad de los profetas.
Urim, revelación.
Tummim, la verdad o perfección.

 

Y entonces sin esperarlo surge la Revelación.4
Que el soñar tiene como cometido
elevarlos a un punto del espíritu
que de otro modo no lo podrían alcanzar.
No hay más que el soñar.
Todo lo demás es materia,
la rutina ruin que todo lo acaba.
Soñar es elevar, es tomar conciencia de nuestro ser,
del lugar de donde vino y a donde va.
Es un tercio del existir.
Y es un tercer momento del Ser.
Nada mejor y nada igual al dormir.
¡No se pierde la conciencia pues un vigilante
acude al paso del sueño!
Vigila, la vigilia
pues ella duerme
y no es despierta, sino sueña.
No ve, no es y no entiende.
¡Sueña y vela!
Que el dormir
será otra instancia de la vida.
Permanece soñando.
Pues ahí encontrarás
los signos que te dejo.
Amén-soñé.
Amén-vi.
Amén-creí.
Amén-fenecí.
Amén.5

*

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NOTAS:

1 Al final del texto lectura sobre el espejo de John Dee.

2 Eduardo Cirlot, Diccionario de Símbolos.

3 Fábula de Endimión: Endimión, pastor de Critias que se enamoró de la Luna y Zeus le pidió a Hypnos que lo hiciera dormir eternamente para permanecer joven, y que solo se despertara cuando su amada Selene (la Luna) lo visitara.

4 Ver página 113 [en próxima actualización: Cuarta Etapa / Cuarto Ritmo].

5 Amén, palabra sánscrita que significa: ¡que así sea!, es uno de los nombres divinos.

 

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