Marginalia. Novela desconocida - Contracultura - Literatura Marginal

EL LIBRO DEL SOÑAR
Y
EL ENSAYO DE LA MUERTE

Gianella Galo
 

IV

Cuarta Etapa / Cuarto ritmo

 

Habiéndose colmado mi alma con esas lecturas anteriores (poesías, cuentos, etc.) de riqueza, belleza y de alto vuelo; me volví a preguntar: ¿de dónde sacaré las llaves para comprender, o entender, este mundo del dormir en donde habitan los sueños?

Entonces Dios colocando su mano, mediante la fe y otros signos, dio luz a esa pregunta.
Mostrándome un método para acceder a ese mundo del dormir y de sueños.
Método que ha permanecido a nuestra vista por los siglos.

Me hizo recordar que San Juan en su Evangelio22 nos dice:

“Está escrito en el libro de los Profetas, todos serán instruidos por Dios”.

Así que sabiendo que iba a ser instruida por Él, simplemente debía seguir los pasos que el texto sagrado recomendaba.

 

Y haciendo caso a San Mateo23,

“Pedid y se os dará

buscad y hallaréis;

llamad y se os abrirá”.

Fue que pedí.

“Pido a Dios, el Clemente, el Misericordioso, el Innombrable, que en el Nombre sobre todo Nombre Jesucristo nuestro Señor, por la intersección de la Virgen María, de la Comunión de los Santos, de los Cuatro vivientes, y en alas del Espíritu Santo:

inspire,

aclare y

conduzca,

mi corazón y mente para su mayor gloria, en esto que me atrevo.”

 

Y así con la lectura de La Biblia dio comienzo otra vertiginosa etapa.

¡Pues a dormir se ha dicho, mas que solo sea para despertar del sueño!

La actividad del dormir transcurre generalmente en la noche. La tierra, nuestra nodriza, con su matriz oscura nos circunda, nos acuna. El silencio nos envuelve, el nivel de los sentidos baja, la temperatura desciende, nuestros párpados se cierran y ya apagado el fuego externo, se vuelven hacia el fuego interior, la presencia del cielo nocturno, la luna, las estrellas y la negrura del cielo forman el marco, el cansancio nos vence, el ruido del mundo se amortigua, el frenesí intelectual se suspende, todo nos lleva al consuelo del reposo,
y así sin brusquedad penetramos en el tiempo de los sueños.

Los aborígenes australianos llaman al origen “El Tiempo de los Sueños”24
mas aclaran que nada tiene que ver con lo que nosotros llamamos sueño.

El momento de ir a dormir se parece a la historia de nuestro génesis. En el comienzo todo era calma y el espíritu de Dios planeaba sobre las aguas, en un estado de suspensión activa, la totalidad del devenir permanecía contenida en otro plano. Todo germen, modelo, potencia, imagen se hallaba allí.
Esperaba el tiempo propicio para comenzar a ser.

Y el primer signo para visualizar el método aparece.
¡Ya para lo importante Dios vio que era bueno hacernos dormir, pues así hizo nacer a la costilla Eva!

Eva, significa en hebreo vida, mas también es el Ave–Eva la madre de toda vida, Dios hace nacer vida de Adán, del costado, a su lado, ese costado, Tzela, que contiene la raíz de Tse, la sombra el lugar en donde Dios genera la vida, del interior de Adán, de su costado o sombra. De la sombra interior pues es su costilla, sale la vida de toda vida, Eva.
Ese acto en Eva es la prefiguración del anunció que le harán a María. Siendo María quien será cubierta por la sombra del poder del Altísimo y en ese acto misterioso engendrará.

La sombra de Dios engendró en su interior, en la oscuridad de la matriz, quien luego nos daría a los hombres vida plena, Jesucristo.
Uno de los noventa y nueve nombres de Dios entre los musulmanes, es Dios el Matricial, o Matriciante.

Entonces atrevamos a preguntarnos:
¿Es quizás en la oscuridad, en la sombra del sueño, donde se elabora toda vida futura?

Dicen que la relación entre el ojo y lo divino es obra del misterio de la luz.

Pero la relación entre el oído y la sombra pertenece tanto a la penumbra de la memoria colectiva,

como a la de la escritura.

Por eso el sacrificio del verbo es la palabra y más aún la palabra escrita.

Es por la palabra que se produce la circuncisión del corazón, y el verbo es a la vez visión y signo.

No deja de fascinar el ver que ir por la sombra, por el costado, por la vera del camino, es una forma de llegar a conocer, es escoger una de las columnas del árbol de la vida.

Enfrentar la sombra, no es más que ponerla enfrente de uno, acto en sí difícil porque la sombra siempre se mueve con la luz, pero es imprescindible integrar la sombra y las oscuridades que subyazgan en ella. Y por supuesto sobre todo integrar la sombra mayor del sueño que es la muerte.

El sentido más importante de ese encuentro con el costado–sombra, es la vida, pero vida que devendrá Paz, el logro de la Paz y, la unidad en perfecta armonía, la apatheia.

Dijo Jesús: “¡Les dejó mi paz, mi paz les doy!”.

Paz viene del latín pacem; pax que a su vez proviene del indoeuropeo pak, que significa asegurar, sujetar, fijar.

¿A qué nos quieren sujetar, asegurar, fijar entonces?

 

¿Cuál era la paz de Jesús?

El nombre de Israel al fin de los tiempos será Paz, porque por ahora es Israel e Israel significa, él lucha con Dios.

Cuando se entienda la unidad de la cual participamos no habrá más lucha.

Un breve paréntesis para poder ver que el retorno a esa calma original o paz como recién analizamos, es algo que toda tradición propone a través de encender el espíritu de fuego que habita en nuestro interior, (ruah, neuma, o agnis).

La calma que es igual a decir falta de movimiento, serenidad, tranquilidad, sosiego, proviene del término cauma (latín) bochorno, calor del día o del (griego) kauma, calor del día, calor ardiente, y por último de Kaíein, quemar.

Así que ese fuego quema lo innecesario dejando cenizas fértiles desde donde toda devendrá vida.

Pero solo hay cenizas donde todo fue consumado y consumido.

Dijo Cristo: ¡He venido a traer ¡fuego!”.

Trajo el fuego, y con el fuego la calma para instalarnos en la paz.

Aquí comenzaré a mostrar cómo se fue armando este método a partir de los distintos pasajes bíblicos.

Luego ordenaré los pasos a fin de poder atender dos vertientes:  

Imagen567.PNG La tarea ha realizar sobre uno mismo por el deseo de comprender el sueño.

Imagen567.PNG Aplicar el método sobre otros.

 

Imagen582.PNG Dormir y escoger dónde se duerme

Génesis, capítulo 2, versículo 21

Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió. Y le quitó una de las costillas,

rellenando el vacío con carne…

Hay sueños que no dependen del dormir, sin embargo el que nos ocupa aquí, es el que se produce durante el descanso, en el acto de dormir.

Se pone de manifiesto que sea natural o inducido debe ganarnos el sueño y el reposo.

En el séptimo día en el cual Dios descansa de su obra, ¿se fue a dormir y entonces nosotros somos su sueño?

Para dar una respuesta asomemosnos a otro libro sagrado de una tradición hermana, El Corán.

 

Sura II, 256

Dios es el Dios único; no hay más Dios que el Vivo el Inmutable. Ni el letargo ni el sueño le rinden. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra le pertenece.

¿Quién puede interceder cerca de él sin su permiso? Él conoce lo que está delante y lo que está detrás de ellos, y los hombres no abarcan de su ciencia más que lo que él quiso enseñarles.

Su trono se extiende sobre los cielos y sobre la tierra y su custodia no le cuesta ningún trabajo.

Él es el Altísimo, el Grande.

 

Al igual que lo que dicen en la tradición griega son los hombres los que duermen y sueñan.

Vimos que nos puso a dormir para que naciera la costilla Eva.

O sea, hay que dormir, para que algo nazca, algo se separe y emerja a la luz.

 

Fuera del tema y no…

Es interesante notar que los niños en el vientre materno sueñan.

Misterio… ya que allí no habría conciencia, inconciencia, ni subliminal conciencia, preguntemos entonces

¿por qué en un no nato aparecen los sueños?

 

Imagen591.PNG Escoger dónde se duerme.

Génesis, capítulo 28, versículo 11

…Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal y se acostó en aquel lugar. Y tuvo un sueño.

Soñó con una escalera apoyada en tierra, cuya cima tocaba los cielos, y vio que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio también que Yahvé estaba sobre ella y que le decía: “Yo Soy Yavhé el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy a ti y tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra y

te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra, y por tu descendencia. Yo estoy contigo; te guardaré por donde vayas y te devolveré a este solar25.

No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho”. Despertó Jacob de su sueño…

 

Sería interesante, como Jacob, elegir una piedra. En el sentido de acto fundamental, fundacional, base o fundamento y también como sitio, situación distinta, y como Jacob dejarnos guiar.

En la Tradición Unánime y Perenne, se sabe de la existencia de lugares especiales (sagrados), donde por la potencia inherente del lugar se favorecían los sueños. Los cuales eran utilizados como métodos de curación e instrucción, eran los llamados Centros o Escuelas de Misterio (ejemplo: Eleusis) en donde se celebraban ceremonias (Ceres, siempre está presente el aspecto espacial, contenedor y sustentador de la madre tierra), en la cual estaba presente la piedra.

Allí se desarrollaron los métodos que hoy en nuestro tiempo se van redescubriendo parcialmente.

La práctica de la sugestión, hipnosis, catarsis, psicoterapia verbal, el análisis por los sueños de los traumas, de los estados alterados de la conciencia, de los niveles de conciencia, de la auto–hipnosis, etc.

Centros todos ellos en donde la energía conjunta del cosmos y de la tierra confluían creando vórtices (okeanos), recreándose circunstancias especiales para esas prácticas.

Aún hoy esos centros existen pero permanecen encubiertos.

Por lo cual, para trabajar con esas potencias (no ya instalados en esos especiales puntos geográficos) recurriremos a herramientas que se encuentran descriptas en todas las tradiciones, las cuales permiten recrear esos vórtices.

(Dedicaremos al vórtice un ítem aparte para desgranar tan vasto tema.)

Hagamos especial hincapié en que el concepto de psiquis que hoy se maneja no es el mismo que en esos centros, en la tradición, psiché está unida al alma, ligado a ella está el neuma o espíritu, el cual es incorruptible

y por su propia definición y ubicación inalterable.

El hombre en la tradición es considerado un microcosmos que no podría ser compartimentado, salvo por la brutal decisión interior de no reconocerse. Provocándole patologías anexas a esa división mental y del alma, por supuesto no ocurre así con su espíritu.

Esta psicología tradicional sería más bien una neumatología, como lo dice Ananda Coomaraswamy, en donde el vínculo entre salud psico–somato, estaría íntimamente unido a la de salud y salvación (soter–retos).

 

Cuando el alma puede conectar con esas realidades temporo–espaciales tan peculiares, vean lo que produce.

Esta poesía del colombiano Carlos López Narváez, es representativa de todo lo que intentamos describir en esta reflexión:

 

La Canción Secreta

¿En qué fondo de sueño ví tu gloria?

¿A qué prodigio tu poder me encumbra,

¡oh!, mansión ilusoria,

alto amor que traspasa la memoria, llama sin leño, sol de mi penumbra. Sin saber en qué ayer, en qué ribera,

en qué antro, en qué valle, o en qué nube

se abrió tu primavera;

sin descubrir jamás donde te hube,

alto amor, claro amor, haz que yo muera. Cuando se rompa el plácido espejismo

y del instante la dorada venda se desprenda al abismo;

cuando todo se fugue de mí mismo

y al insondable vórtice descienda,

un nombre un rostro, le darán al mundo la luz y el canto en plenitud secreta,

y encenderá tu corazón profundo,

¡oh, cautivo errabundo!,

la tarde entre sus manos de violeta.

 

Imagen602.PNG Saber escuchar y saber a quién le habla en sueños.

Oír, y oír con atención o sea escuchar, es, en todos los procesos, importante y en las tradiciones aún más, pues la transmisión siempre es oral, audible.

Al principio y al final de La Biblia hay alguien que escucha: ¡Shema Israel, escucha Israel!, luego en el Nuevo Testamento Pedro (petra o cefás) deviene la piedra cuando oye; ya que antes de oír a Dios en Cristo, era Simón, y ese nombre significa en hebreo, “el que escucha”.

Oír y ser como la piedra (el sueño de Jacob) es base y fundamento de lo que va a ser.

Mantengamos en la memoria que la relación entre el oído y la sombra pertenece tanto a la penumbra de la memoria colectiva, como a la de la escritura.

Si ustedes no hablan hasta las piedras lo harán.

En el libro del Apocalipsis, Juan ve y oye lo que le dice el ángel.

Por todo lo anterior, entendemos que saber escuchar aun en sueños es importante.

Hay múltiples ejemplos.

 

1er Libro de Samuel, capítulo 3, versículo 3

…Samuel estaba acostado en el Santuario de Yahvé, donde se encontraba el arca de Dios. Llamó Yahvé a Samuel. Él respondió: “¡Aquí estoy!”, y corrió donde Elí diciendo: “Aquí estoy, porque me has llamado”.

(Por tres veces aconteció lo mismo hasta que Elí se dio cuenta.) […] Y dijo a Samuel: “Vete y acuéstate, y si te llaman dirás: habla,

Yahvé que tu siervo escucha”.

Samuel se fue y se acostó en su sitio.

Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!” Respondió Samuel: “¡Habla que tu siervo escucha!”. Dijo

Yahvé a Samuel:

“Voy a ejecutar una cosa tal en Israel…”.

 

Números, capítulo 12, versículo 4

De improviso, Yahvé dijo a Moisés, a Aarón y a María: “Salid los tres hacia la Tienda de los Encuentros”. Y salieron los tres. Bajó

Yahvé en la columna de nube y se quedó a la puerta de la tienda. Llamó a Aarón y a María y se adelantaron los dos.

Dijo Yahvé: “Escuchad mis palabras:

Si hay entre vosotros un profeta, en visión me revelo a él, y hablo con él en sueños.

No así con mi siervo Moisés:

él es de toda confianza en mi casa; boca a boca hablo con él abiertamente y no enigmas,

y contempla la imagen de Yahvé”.

 

Libro de los Reyes, capítulo 3, versículo 5

En Gabaón se apareció Yavhé a Salomón en aquella noche mediante un sueño.

Dios dijo: “Pídeme lo que haya de darte”. Salomón respondió: “Has actuado con gran benevolencia hacia tu siervo David, mi padre, porque él caminaba en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón. Has guardado hacia él esta gran benevolencia, concediéndole un hijo que había de sentarse en su trono, como así acaece en este día…

…Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal”…

Agradó al Señor está súplica de Salomón. Entonces le dijo Dios: “Por haber pedido esto y no una vida larga o riquezas para ti ni tampoco la vida de tus enemigos, sino inteligencia para atender a la justicia, obraré según tu palabra: te concedo un corazón sabio e inteligente, como no ha habido antes de ti ni surgirá otro igual después de ti.

Te concedo también aquello que no has pedido, riquezas y glorias mayores que las de ningún rey mientras vivas.

Si caminas por mis sendas, guardando mis preceptos y mandamientos, como hizo David, tu padre, prolongaré los días de tu vida”.

Salomón se despertó: ¡Había sido un sueño!

 

En el primer ejemplo, Dios insiste en su llamada hasta que escucha aquel al cual Él busca (es el caso de Jonás).

En el segundo aclara que a quien habló directamente fue a Moisés, pero que con otros la forma de comunicarse será en sueños26.

Y luego agrega que con quien se comunique será profeta. Pero sus comunicaciones no serán claras, les dirá enigmas. En el tercero: es reconocido inmediatamente por Salomón quien sabía escuchar. Todas son pistas de lo que sucede en los sueños, y de cómo analizarlos y entenderlos.

*

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NOTAS:

22 Capítulo 6, versículo 45.

23 Capítulo 7, versículo 7.

24 Los Anangu, dicen que en la época Tjukurpa, durante el tiempo de los sueños, solo había una vida sobre la tierra. Una vida inmóvil, representada por una masa embrionaria gigantesca, transparente, hecha de una amalgama de seres inacabados, replegados sobre sí mismos. Impreso en una materia primigenia se encontraba todo el devenir de la Humanidad. ¡Todo el pasado, presente y el futuro del mundo se hallaban ahí latentes!

25 No olvidar, Surya, sol, Siria, solar.

26 Considerada una profecía menor, parte del don de la divina providencia.

 

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