Marginalia. Novela desconocida - Contracultura - Literatura Marginal

EL LIBRO DEL SOÑAR
Y
EL ENSAYO DE LA MUERTE

Gianella Galo
 

IV

Cuarta Etapa / Cuarto ritmo
(continuación)

 

Capítulo 4. Segundo Sueño de Nabucodonosor

“Yo Nabucodonosor, estaba tranquilo y satisfecho en mi palacio, cuando tuve un sueño que me asustó. Las pesadillas que tuve en mi lecho y las fantasías de mi mente me aterraron. Entonces ordené que se presentaran ante mí todos los sabios de Babilonia, para que me dieran a conocer la interpretación del sueño.

Vinieron los magos, los adivinos, astrólogos y hechiceros y yo les conté el sueño, pero no supieron darme su interpretación. Por último se presentó ante mí Daniel, apodado Baltasar en honor de mi Dios, que era hombre dotado de inspiración divina y le conté el sueño;

“Baltasar, jefe de los magos, como sé que estás dotado de inspiración divina y que ningún misterio se te resiste, escucha el sueño que he tenido y dame su interpretación.

Mientras estaba acostado, asaltaron mi mente estas visiones:
Había un árbol de gran altura en el centro de la tierra.

El árbol creció y se hizo cor pulento, su altura llegaba al cielo
y era visible desde los confines de la tierra.

Su ramaje era hermoso, y su fruto, abundante y tenía comida para todos;

a su sombra se cobijaban las bestias del campo,
en sus ramas anidaban las aves del cielo y alimentaba a todos los vivientes.

Mientras contemplaba en el lecho las visiones de mi cabeza,
un vigilante santo bajó del cielo y gritó con voz potente;

“Abatid el árbol, cortad sus ramas, arrancad sus hojas, tirad sus frutos;
que huyan las bestias de su sombra, y los pájaros de sus ramas.
Dejad solo en tierra el tocón con sus raíces, con cadenas de hierro y bronce
entre los matojos del campo.

Que lo empape el rocío del cielo
y comparta con las bestias la hierba de la tierra.

Que se le quite su alma humana
y se le dé un alma animal y viva así siete años.
Esta es la sentencia dictada por los Vigilantes,
la orden decretada por los Santos,
para que reconozcan todos los vivientes
que el Altísimo es el dueño de los reinos humanos:

se los da a quien quiere

entroniza al más humilde de los hombres”.

“Este es el sueño que yo, el rey Nabucodonosor, he tenido. Tú, Baltasar, aclárame su interpretación, pues ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a conocer su interpretación;
tú puedes hacerlo, ya que estás dotado de inspiración divina”.
Entonces Daniel, apodado Baltasar, quedó un instante perplejo y aturdido por sus pensamientos.
El rey le dijo: “Baltasar, no te asuste el sueño ni su interpretación”.
Respondió Baltasar : “¡Señor, que este sueño se refiera a tus enemigos y su interpretación a tus adversarios!
Ese árbol que viste crecer y hacerse cor pulento, cuya altura llegaba al cielo y era visible desde toda la tierra, que tenía hermoso ramaje y fruto abundante, que tenía comida para todos, bajo cuya sombra se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo.
Eres tú, ¡oh rey!, que te has hecho grande y poderoso, tu grandeza ha aumentado y ha llegado hasta el cielo y tu soberanía se extiende hasta los confines de la tierra.

En cuanto al vigilante santo que el rey vio bajar del cielo y decir : “Abatid el árbol, destruidlo, pero dejad en tierra al tocón con sus raíces, con cadenas de hierro y bronce, entre los matojos del campo; que lo empape el rocío del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo y que viva así siete años”, esta es su interpretación, majestad y la decisión que el Altísimo ha tomado respecto a mi señor, el rey:
“Serás apartado de los hombres
y vivirás con las bestias del campo;
te darán de comer hierba, como a los toros,
y quedarás empapado por el rocío del cielo;
así vivirás durante siete años,
hasta que reconozcas
que el Altísimo
es el dueño de los reinos humanos
y que se los da a quien quiere
La orden de conservar el tocón y las raíces del árbol significa que tu reino se te devolverá cuando hayas reconocido que todo poder viene de Dios. Por tanto, majestad, aceptad mi consejo: expía tus pecados con obras de justicia y tus delitos socorriendo a los pobres, para que tu felicidad sea duradera”.

Y así fue.

 

Libro Primero de Samuel, capítulo 28, versículo 6

Consultó Saúl a Yahvé, pero Yahvé no le respondió
ni por sueños ni por los Urim ni por los profetas.
Veamos, cómo podemos extraer de tan ricos textos las cualidades que debería poseer el intérprete.

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En la lectura del Corán nos dicen que el don de interpretación y la ciencia vienen de Dios.
También José hace un curioso comentario, diciendo que abandonó la religión de los que no creen en Dios y niegan la vida futura.
(Dios, fue sustituido por la fe en el Hombre y la vida futura, por el progreso).

Si de lleno entráramos en este aspecto nos alejaríamos de nuestra meta, pero no pude resistir la tentación de al menos hacerlo notar.

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Por el primer sueño de Nabucodonosor, sabemos que los sueños difíciles solo los pueden interpretar los dioses.
Luego cuando convocan a Daniel, le dicen prudente y sensato.

Vayamos armando:

Carisma de Interpretación (perteneciente a uno del los dones del Espíritu Santo, el don de Sabiduría).
Así como hay personas con capacidad para la danza, la pintura, la música, la ciencia, hacer dinero, cualidades con las cuales vienen sin mérito en ello, esta cualidad también sería una cualidad natural.
Fe en la existencia de Dios y de una vida futura.
Prudencia.
Sensatez.
Calma, sin apresuramientos (aun en este caso que se les iba la vida).
Humildad, pide ayuda a sus amigos (Ananías, Misael y Azarías). No hay omnipotencia.
Acto de humildad ante Dios, pide misericordia, ruega al Señor por ayuda.
Confianza (de que así como Dios le colocó ante tal gravedad, él también los librará si es su voluntad).
Por lo tanto entrega, donación.
Bendición del cielo para la tarea.
Don de Sabiduría.
Don de Ciencia.
Ser agradecido.
Don de Fortaleza, cualquiera de los intérpretes que tenemos en estos textos fueron duramente probados. De alguna manera fueron templados previo al uso de tales dones que les fueron regalados por Dios.
Ahora investiguemos en los nombres de los personajes para saber si nos pueden agregar más cosas sobre las características del Intérprete.

José (Yosefyah), que significa en hebreo, añade Yahvé, o Él añadirá.
Quien lo cuenta no entiende la totalidad del sueño, pero hay alguien que lo puede completar, añadiendo lo que falta.
Y nos da otra pista cuando exclama que ¿No son de Dios los sentidos ocultos?
Baltasar, Bel-sar-usur (“Bel protege al rey”). Bel su dios.
Beltsasar, Belshazzar. Protegido de Dios.
El significado de los nombres de los otros cuatro personajes que involucra Daniel nos amplía la visión.
Ananías, Haninah. Yaveh es piadoso.
Misael, Mishel. Quien es Dios, enviado de Dios.
Azarías. Aquel a quien Dios ayudó.
Daniel, Dan – i – el. Dios es su juez, Dan que sabe Juzgar, justicia de Dios.
Agregamos a las cualidades anteriores, las que hallamos indicadas en los nombres de los personajes:
piedad, caridad, y justicia.
Otras apreciaciones:
son cuatro los personajes y el cuatro consolida la materia en este mundo,
cuatro puntos cardinales, cuatro elementos. El cuadrado es estable.
Cuatro las edades del hombre, cuatro las estaciones, etc., etc.
En tanto en el cuaternario hay un ritmo,
primero: el sueño del rey,
segundo: el llamado a los magos,
tercero: intervención de Daniel,
cuarto: anuncio del sueño del rey con su interpretación.

Reunamos lo disperso.
Para el Intérprete deberá ser una tarea enviada por Dios,
tarea que vendrá acompañada de los dones necesarios:
sabiduría e inteligencia,
fortaleza,
ciencia,
piedad y amor,
consejo, y santo temor de Dios.
Tarea que deberá realizar con justicia.

En los ejemplos anteriormente descritos se manifiesta esa virtud.
Daniel es un deportado en la corte de Babilonia, su pueblo es sojuzgado por el rey, es el caso también de José, que fue vendido a Egipto, fue falsamente acusado, y está preso.
Sin embargo ambos cumplen con lo que deben hacer ( interpretar los sueños), sin resentimientos sin esperar nada, solo hacer lo que Dios les dio como tarea.
Están vacíos, para que Dios actúe, en eso consiste la total humildad, actitud de total recepción.
Para ello hay que vaciarse de sí mismo para que se llene de Él
y si ello se logra, se obtiene la veracidad como lo remarca el segundo sueño de Nabucodonosor.
Una de las dificultades mayores es que frente a una interpretación adversa,
no se puede ser complaciente, sin embargo Daniel muestra también la misericordia, porque le da una salida para que no se cumpla el sueño, en el ejemplo antes narrado sería que el rey reconozca sus defectos y cambie.
De hecho en la historia bíblica, desde el sueño hasta que se cumple el mismo, transcurre un tiempo, pero él no se arrepiente, luego se cumple el sueño de principio a fin.
¡Tremendo!, nada menores los requisitos del que interpreta.
En los dos sueños siguientes, se remarca el hecho de que o es Dios quien interpreta directamente o lo hará por medio de los profetas que son sus emisarios, de quienes vendría la correcta interpretación de los sueños.
En el segundo sueño de Nabucodonosor aparecen personajes que será importante tomarlos en cuenta:
los Vigilantes y los Santos, ya que ayudarán a
los hombres a interpretar, aquí nos va dejando pistas de quiénes viven en ese mundo del soñar.
La interpretación de los sueños es considerada por algunos como profecía menor.
Antes de salir de este tema, es bueno ver qué visión tienen otras tradiciones, por ejemplo la islámica dice que:
“Dios envía un ángel encargado de los sueños de nombre Siddiqün”.
En La Biblia aparece nombrado como el Vigilante.
En el libro de Muhammad Ibn Sirin, se enumeran las condiciones que debe reunir quien interpreta: Magisterio en la Ciencia de la Interpretación, vasta cultura, ya que los sueños, dice, desempeñan aquí un papel unificador del conocimiento.
La capacidad de unir ese saber satisfactoriamente.
La aptitud de reflexionar de forma profunda.

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