Marginalia. Novela desconocida - Contracultura - Literatura Marginal

EL LIBRO DEL SOÑAR
Y
EL ENSAYO DE LA MUERTE

Gianella Galo
 

IV

Cuarta Etapa / Cuarto ritmo
(continuación)

 

Imagen622.PNGponer por escrito los sueños.

Daniel, capítulo 7, versículo 1

El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y unas visiones mientras dormía. Inmediatamente puso el sueño por escrito. En mi visión nocturna vi cómo los cuatro vientos del cielo agitaban el océano, y cómo cuatro bestias gigantescas, todas diferentes entre sí, salían del mar. La primera parecía un león con alas de águila. Mientras yo la miraba, le arrancaron las alas, la levantaron del suelo, se incorporó sobre sus patas como un hombre y le dieron una mente humana. A continuación apareció una segunda bestia, semejante a un oso, erguida sobre un costado, con tres costillas en las fauces, entre los dientes. Y le decían: “Levántate y devora carne en abundancia”.28
Luego, mientras seguía mirando, vi otra bestia parecida a un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso y cuatro cabezas, a la que dieron el poder. Después, en mis visiones nocturnas vi una cuarta bestia, terrible, espantosa y muy fuerte. Tenía enormes dientes de hierro; comía trituraba, y pisoteaba las sobras con las patas. Era diferente de las bestias anteriores y tenía diez cuernos.
Estaba yo observando los cuernos, cuando entre ellos despuntó otro cuerno
pequeño y tuvieron que arrancarle tres de los cuernos anteriores para hacerle sitio. Este cuerno tenía ojos humanos y una boca que decía barbaridades.
Mientras yo seguía mirando,
prepararon unos tronos
y un anciano se sentó.
Sus vestidos eran blancos como la nieve:
sus cabellos, como lana pura;
su trono, llamas de fuego;
las ruedas, fuego ardiente.
Fluía un río de fuego
que manaba delante de él.
Miles y miles le servían,
millones lo acompañaban.
El tribunal se sentó,
y se abrieron los libros.
Seguía mirando, fascinado por las
barbaridades que decía aquel cuerno, y
vi que mataron a la bestia, destrozaron
su cuerpo y lo arrojaron al fuego abrasador.
A las otras bestias les quitaron
el poder, pero las dejaron vivas hasta un
momento determinado.
Yo seguía mirando, y en la visión nocturna
vi venir sobre las nubes del cielo
alguien parecido a un ser humano,
que se dirigió hacia el anciano
y fue presentado ante él.
Le dieron poder,
honor y reino
y todos los pueblos, naciones y lenguas
le servían.
Su poder es eterno
y nunca pasará,
y su reino no será destruido.

 

Interpretación:

Yo, Daniel, quedé profundamente
preocupado
por estas cosas
y desconcertado por las visiones de mi fantasía.
Me acerqué a uno de los presentes y le pedí que me explicara el sentido de todo aquello. Él me respondió explicándome la interpretación de
las visiones: las cuatro bestias gigantescas corresponden a cuatro reyes que aparecerán en el mundo.
Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos. Después quise saber el sentido de la cuarta bestia, diferente de la otra, extraordinariamente terrible, con dientes de hierro y uñas de bronce, que comía y trituraba, y pisoteaba las sobras con sus patas, y el sentido de los diez cuernos de su cabeza y del otro cuerno que despuntó eliminando otros tres, y que tenía ojos y una boca que decía barbaridades, y que parecía más grande que los otros. Yo veía cómo este cuerno declaraba la guerra a los santos y los vencía, hasta que vino el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo y llegó el momento en el que los santos recibieron el reino.
Entonces me dijo:
“la cuarta bestia corresponde a un cuarto reino
que aparecerá en la tierra,
diferente de todos los otros.
devorará toda la tierra,
la pisoteará y la pulverizará.
Los diez cuernos corresponden a diez reyes
que surgirán en ese reino.
después de ellos vendrá otro,
distinto de los precedentes,
que derrocará a tres reyes
blasfemará contra el Altísimo
y perseguirá a los santos del Altísimo.
Tratará de cambiar las fiestas y la ley
y los santos le quedarán sometidos
durante tres años y medio.
Pero cuando el tribunal haga justicia
le quitarán el poder
y será destruido y aniquilado totalmente.
Y la soberanía, el poder
y la grandeza de todos los reinos del mundo
serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo.
Su reino es un reino eterno
y todos los poderes le servirán y obedecerán.
Y aquí concluye el relato”.
Yo, Daniel, quedé muy preocupado, se me cambió el semblante y guardé todo en mi interior.
29

Obviamente, ya que es la recomendación que hace el profeta Daniel, pondremos por escrito todos los sueños.
Hay necesidad de un registro. En este pasaje se muestran nuevas situaciones:
hasta ahora era Daniel quien analizaba los sueños de otros, así como también lo había hecho José anteriormente.
Mas aquí es Daniel quien sueña y quien necesita de otro para entender.
Todas las tradiciones dicen que el sueño es el cincuenta o el cuarenta y seis por ciento de la verdad, y que para completarlo otro debe interpretarlo.
La mitad, lo dual, el mundo que habitamos, cincuenta por ciento día, cincuenta por ciento noche. Hace referencia a lo dual, hay que completarlo pero también hay que entenderlo como parte del opuesto que lo unificaría.

El personaje que lo ayuda a entender pertenece al mundo del sueño, no porque sea irreal, sino porque de allí viene en auxilio de Daniel, puede ser un ángel–vigilante, o un santo. O también como dicen los musulmanes; vendrán en su auxilio aquellas cualidades superiores que el hombre posee. Es evidente que este sueño difiere de los anteriores porque el plano al cual hace referencia está más allá del plano arquetípico llamado Beryiah.
Está instalado en el plano de la emanación o Atziluth.
Más adelante trataremos sobre los mundos a los cuales pertenece el sueño, y a partir de este nuevo conocimiento entender en profundidad este sueño…

 

Imagen622.PNGGuardar silencio.

Marca aquí la necesidad de un tiempo de silencio, de maduración,
de saber cuándo será oportuno contar lo que se ha visto.
Lo dice claramente Daniel, en el sueño analizado en el punto anterior.
“Y guardé todo en mi interior”.
Pues ya desde el comienzo de la reflexión sabemos que:
“Hay un tiempo para cada cosa
un tiempo para hablar, un tiempo el callar”.
El silencio o espacio forma parte con el ritmo de la música.

 

Génesis, capítulo 37, versículo 5

José tuvo un sueño y lo manifestó a sus hermanos, quienes lo odiaron más aún.
Les dijo: “Oíd el sueño que he tenido. Me parecía que nosotros estábamos
atando gavilla en el campo,
y de pronto mi gavilla se levantaba y se tenía derecha, mientras que vuestras gavillas
le hacían rueda y se inclinaban hacía la mía”.
Sus hermanos le dijeron: “¿será que vas a reinar sobre nosotros?”.
Y acumularon más odio contra él…
Volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos.
Díjoles: “he tenido otro sueño: resulta que el Sol, la Luna y once estrellas
se inclinaban ante mí”.
Se lo contó a su padre y hermanos, y su padre le reprendió…
“Por ahí viene el soñador. Vamos a matarlo (sus hermanos) y lo echaremos en un pozo cualquiera,…
Veremos entonces en qué quedan sus sueños”.

 

El Corán, sura XXII, versículo 4

Cierto día José dijo: “¡Oh padre mío! he visto once estrellas y el sol y la luna que me adoraban”.
“¡Oh hijo mío!” le respondió Jacob, “guárdate de contar tu sueño a tus hermanos, no vayan a imaginar contra ti algún artificio, pues Satán
es el enemigo declarado del hombre”.

¡Qué ejercicio de discernimiento!
Seguramente en el mensaje del sueño aparecerán los signos para callar o no. Y nuevamente para saber a quién hay que contarlo.

*

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NOTAS:

28Apocalipsis, capítulo 19, versículo 18, aparece la misma referencia, bajo la modalidad de una orden, que es la de comer toda clase de aves, cuadrúpedos, carne de vasallos, de tribunos, de ministros.

29 Los mundos Asiah, Yesirah, Beriah, Atziluth. El árbol sefirótico de la Cabalá de tradición hebrea está dividido en cuatro planos desde lo más sutil a lo más burdo. Asiyah, o mundo de la acción es el último, el cual habitamos, el siguiente inmediato, llamado Yetzirah, o mundo de la formación; Beriah, o mundo la creación; y Atziluth, o mundo de la emanación; habría un quinto plano, por decir de alguna manera, que sería el mundo del Ain Sof o indescriptible.

 

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